Hay momentos en la vida donde sentimos el peso del lastre. Sentimos el frío o el miedo morder. Es en esos instantes cuando necesitamos una voz fuerte que nos recuerde: No te rindas. Este poema, autoría del gran Mario Benedetti, es un canto a la perseverancia. Es un manual para volver a empezar. Nos invita a retomar el vuelo siempre. Es un mensaje universal que abraza nuestra sombra. Es el optimismo más valiente.

No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de abrazar la vida y comenzar de nuevo,
aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
abrir las esclusas, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque yo te quiero,
porque existe el vino y el amor es cierto,
porque no hay herida que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
bajar el puente y cruzar el foso,
abandonar las murallas que te protegieron,
volver a la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida, remontar los cielos.
No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque ésta es la hora y el mejor momento,
porque tienes alas y puedes hacerlo,
porque no estás sola y porque yo te quiero.
Autor: Mario Benedetti
Fuego en el Alma
Benedetti nos regala una hoja de ruta para el renacimiento. Nos pide hacer una entrega total. Primero, debemos aceptar nuestra sombra y liberar el lastre. Esto es reconocer las partes difíciles de nuestra historia. Solo así podemos retomar el vuelo. La vida se trata precisamente de ese viaje continuo. Es correr los escombros acumulados. Es destapar el cielo que siempre ha estado allí.
El verso central es una resistencia apasionada. El poeta nos ruega no ceder. La adversidad vendrá, el miedo morderá. Pero el optimismo reside en la certeza interior. Aún hay fuego en tu alma. Aún hay vida en tu seno. Esa llama es nuestra posesión más valiosa.
El mensaje final es el más reconfortante. Es un llamado a la acción inmediata. Debemos abandonar las murallas que nos protegieron. Es hora de aceptar el reto de volver a la vida. Cada día es un comienzo nuevo. Esta es la hora perfecta. Tenemos alas para desplegarlas. No estamos solos, y el amor es la certeza que lo cura todo.
Conclusión
Que este poema sea tu mantra. Recuerda siempre que tienes la fuerza. Tienes el deseo. Tienes el fuego en el alma. ¡Hoy es el mejor momento para comenzar de nuevo!


