En nuestra sección Vida, hoy compartimos un texto que es una inyección de vitalidad pura. Este manifiesto, titulado «Ser joven», fue escrito originalmente por Samuel Ullman. Su mensaje es claro: la juventud es una elección constante. No es un privilegio de la edad. Es un clima del corazón.
¿Te sientes atrapado por el cinismo o el desánimo? Ullman nos ofrece un diagnóstico: «Los años marchitan la piel; renunciar al ideal marchita el alma.» La verdadera derrota es la pérdida de la fe y la pasión. La esperanza es nuestro único elixir. Si esta idea te resuena, puedes leer nuestro análisis sobre el secreto del corazón y el destino según Sábato, que complementa este mensaje.
Este poderoso escrito, que ofrece consuelo existencial para el espíritu, ganó fama cuando fue adoptado por el General MacArthur. Te invitamos a leer la inspiración original de Samuel Ullman y a recibir este alimento para tu espíritu.
Ser joven
La juventud no es una edad,
es un clima del corazón.
Es voluntad, es imaginación, es pasión.
Los años marchitan la piel;
renunciar al ideal marchita el alma.
Joven es aquel que se sorprende y se maravilla,
que pregunta como el niño insaciable ¿y después…?
Desafía los acontecimientos
y encuentra alegría en el juego de la vida.
Serás tan joven como tu fe,
tan viejo como tu duda,
tan joven como tu confianza en ti,
tan joven como tu esperanza,
tan viejo como tu abatimiento…
Permanecerás joven mientras permanezcas receptivo.
Receptivo a cuanto es bello, bueno y grande.
Receptivo a los mensajes de la naturaleza,
del hombre y del infinito.
Autor: Samuel Ullman
El Barómetro Interior: Fe, Duda y Esperanza
Ullman condensa la sabiduría de la vida en una ecuación emocional simple: «Serás tan joven como tu fe, tan viejo como tu duda». Este no es un simple juego de palabras. Es un mapa para el autoconocimiento. Nos dice que la juventud no está en la cantidad de años. Está en la voluntad de desafiar los acontecimientos.
La fe no es solo un concepto espiritual. Es la confianza insaciable en uno mismo. Es la chispa que nos hace preguntar «¿y después…?» con el asombro de un niño. El abatimiento y la duda son el verdadero peso de la edad. Ellos arrugan el alma, mucho antes de que la piel se arrugue.
La clave final del poema es la receptividad. Ser joven es permanecer abierto. Abierto a la belleza de la naturaleza, del hombre y del infinito. El cinismo es la vejez prematura. La esperanza es el canal que nos permite recibir los mensajes de lo bello, lo bueno y lo grande. Es nuestra defensa activa contra el desánimo.
