La esperanza es una de las fuerzas más malentendidas. A menudo se confunde con la ingenuidad. Creemos que es fingir que todo está bien. Sin embargo, la esperanza es mucho más. Este hermoso texto de Elizabeth Chase nos da la verdadera definición. Es un ancla poderosa. Es una profunda certeza interior.

La esperanza
La esperanza no es fingir
que no existen los problemas.
Es la confianza
de saber que estos no son eternos,
que las heridas curarán
y las dificultades se superarán.
Es tener fe
es una fuente de fortaleza y renovación
en nuestro interior,
que nos guiará desde la oscuridad
hacia la luz.
Autor: Elizabeth Chase
La certeza de que el dolor termina
La autora es muy clara en su mensaje. La esperanza no es negar los problemas. No es un velo ingenuo sobre la realidad. Es una confianza inquebrantable. Es la certeza de saber que nada es eterno. Las dificultades tienen un final. Las heridas, por difíciles que sean, tienen la capacidad de curar. Esta convicción profunda es el verdadero optimismo.
La esperanza es una fuente interna de fortaleza. No viene de fuera. Nace de la fe que llevamos dentro. Funciona como una renovación constante del espíritu. Es una guía segura. Nos lleva desde la oscuridad más profunda. Nos dirige, inevitablemente, hacia la luz. Es la confianza de saber que siempre hay un camino, aunque no lo veamos.
Conclusión
Hoy te invitamos a buscar tu propia fuente de esperanza. Recuerda que, aunque no puedas ver el final, las dificultades siempre tienen fecha de caducidad. Ten fe en la luz que llevas dentro.


