La vida nos presenta desafíos constantes. La forma en que los enfrentamos define nuestro camino. El optimismo no es una ilusión ingenua. Es una disciplina profunda. Este poderoso texto, conocido como El Credo del Optimista, nos ofrece un manual de acción. Nos enseña a construir la paz interior. La verdadera fortaleza es la consecuencia de estas prácticas diarias. Es un mensaje que nos invita a recordar siempre.

El credo del optimista
Ser tan fuerte que nada pueda perturbar tu paz;
Hablar de felicidad y prosperidad
a toda persona que conozcas;
Hacer que todos tus amigos sientan
que hay algo de valor dentro de ellos;
Mirar el lado bueno de todas las cosas,
y hacer que este optimismo se haga verdadero;
Pensar sólo lo mejor,
trabajar para lo mejor y esperar sólo lo mejor;
Sentirte tan entusiasta
con el éxito de los demás como con el propio;
Olvidar los errores del pasado
y aferrarte a los grandes logros que ya estás
alcanzando y que alcanzarás en el futuro;
Brindarte a cada criatura viviente que halles a tu paso
con una sonrisa;
Ocuparte tanto del mejoramiento de ti mismo,
que no te sobre tiempo para criticar a los demás;
PORQUE TÚ ERES:
Demasiado grande para preocuparte;
Demasiado fuerte para temer;
Demasiado noble para encolerizarte;
Demasiado estable
para no tolerar la presencia de las dificultades.
SONRÍE SIEMPRE Y NO TE OLVIDES:
El pesimismo conduce a la debilidad;
El optimismo a la fortaleza.
Autor: Christian D. Larson (1912)
Optimismo como disciplina
El credo nos pide intencionalidad en cada interacción. La protección de nuestra paz interior es la primera regla. Esta paz se traduce hacia el exterior. Nos pide ser embajadores de la prosperidad. Debemos hacer que cada amigo se sienta valioso. Mirar el lado bueno de todo es solo el comienzo. El verdadero optimista trabaja para que esa visión positiva se haga realidad.
El credo nos impulsa al crecimiento personal constante. La autodisciplina es la base de la fortaleza. El texto es muy claro: céntrate tanto en tu propio mejoramiento que la crítica a los demás sea innecesaria. El camino es mirar hacia adelante. Olvida los errores pasados. Debemos celebrar los logros propios y el éxito ajeno con el mismo entusiasmo.
Finalmente, el texto nos define por nuestra esencia. Es una declaración de poder. Tú eres demasiado grande para preocuparte. Eres demasiado fuerte para el miedo. Esta convicción no niega los problemas. Simplemente nos da la estabilidad para tolerar las dificultades. El pesimismo siempre conduce a la debilidad. El optimismo, en cambio, nos lleva a la fortaleza.
Conclusión
Que este credo sea un recordatorio diario. Eres un ser fuerte y noble, capaz de proteger tu paz. Sonríe, trabaja y enfócate en tu crecimiento. El optimismo es la llave para la vida plena.


