Aceptar la Oscuridad: La Importancia de que No Ignores la Tristeza

En nuestro camino hacia la plenitud, a menudo se nos enseña a buscar la felicidad de forma constante, relegando las emociones difíciles a un segundo plano. Sin embargo, en la sección «Tristeza» de Elixires para el Alma, proponemos una visión más completa: la tristeza no es un obstáculo a evadir, sino una puerta de entrada necesaria hacia la auténtica sanación.

El siguiente elixir nos ofrece una perspectiva profunda sobre este sentimiento. Nos invita a detener el automatismo de la vida diaria y a considerar la tristeza como un mecanismo de pausa inteligente de nuestro propio ser, crucial para la revisión profunda y el autoconocimiento.

No ignores la tristeza

Ábrele espacio para que respire.
La tristeza es un hueco en el amor.
Una fuga transitoria de energía.
Un camino hacia uno mismo.
La revisión profunda de algún espacio roto.

No ignores la tristeza.

Pues toda emoción es necesaria y conveniente.
La tristeza te ayuda a detenerte temporalmente.
A alejarte de todo lo mundano.
Te deja en la puerta de un nuevo comienzo.

No ignores la tristeza.

Escucha su mudez, siente su calma.
Ella no pretende avergonzarte.
No todos los días son soleados.
Todo tiene un lado débil.

No ignores la tristeza.

Permítele que hable en su dialecto.
Que te conduzca hasta el final de la bajada.
Y cuando vuelva la otra fase de la Luna
el rayo de luz traspasará el prisma
y volverá a encenderse de colores tu alegría.

No ignores la tristeza.

Todas tus emociones son importantes y necesarias.
No siempre estarás en el lado fuerte.
Expresa lo que sientes.
Pronto volverás a estar alegre.

Este poderoso mensaje nos libera de la culpa de sentirnos mal. Al reconocer que la tristeza es simplemente un camino hacia uno mismo, una fuga transitoria y no un estado permanente, podemos abordarla desde la calma.

La clave está en escuchar su mudez y darle permiso para que cumpla su ciclo. La promesa del poema es la metáfora de la Luna: la oscuridad es parte del ciclo natural, y solo después de que esa fase concluye, la luz de la alegría puede traspasar el prisma y brillar con más fuerza y color. Permitir la tristeza es el acto de valentía emocional más grande que podemos ejercer para garantizar un nuevo comienzo más sólido y consciente.

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